Los especialistas del servicio de Ginecología del Hospital Universitari Sagrat Cor de Barcelona nos hablan del VPH en el Día Mundial sobre la concienciación del virus del papiloma humano, o conjunto de virus (se estima que hay más de 200) relacionados entre sí, de los cuales, aproximadamente, unos 40 afectan a los genitales. Actualmente, la prevalencia de la infección en mujeres en España es del 14%, la prevalencia media en Europa en mujeres con citología normal es del 8,2% mientras que la prevalencia en hombres de mediana edad se sitúa entre el 30 y el 50%. La infección por VPH constituye la enfermedad de trasmisión sexual más frecuente en ambos sexos.

Según el comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría, la prevalencia es mayor en mujeres jóvenes, a los 25 años de edad se sitúa en torno al 25 % y pasados los 30 años la tasa de infección se reduce al 5-10 %. En el caso de los hombres aumenta de forma notable a partir de los 50 años ya que el virus suele persistir en el área genital durante muchos más años con lo que la incidencia de infección por VPH es mucho mayor que la de la mujer a partir de los 50 años de edad. En las mujeres, se establece que al menos, el 80 % se ha infectado por lo menos con un tipo de VPH a lo largo de toda su vida. El hombre y la mujer pueden ser portadores asintomáticos y vehículos de trasmisión del VPH.

La propagación del VPH se realiza a través del contacto sexual con una persona previamente infectada, tras una relación sexual sin protección, el contacto íntimo piel con piel y en el caso de los recién nacidos se pueden contagiar al pasar por el canal durante el parto si la madre está infectada por el VPH. La conducta sexual es determinante en el riesgo de infección, así como las relaciones sexuales precoces y el número de compañeros sexuales. El uso adecuado de preservativos de látex reduce el riesgo de contraer la infección y las vacunas pueden proteger contra varios tipos de VPH, han demostrado una gran eficacia y efectividad en la prevención de la infección y de las lesiones benignas y premalignas relacionadas con este virus. Las vacunas brindan la mayor protección cuando se aplican antes de exponerse al virus. Esto significa que es mejor que se apliquen antes de que se vuelvan sexualmente activas. Como prevención primaria entre los 9 y los 45 años. Las vacunas protegen cuando se aplican antes de exponerse al virus, es decir, antes de mantener una vida sexual activa. En nuestro país disponemos ya de datos de efectividad vacunal frente a verrugas genitales con la vacuna tetravalente. Con una cobertura de vacunación del 44 % se observa una disminución de un 50 % de las verrugas genitales en la cohorte de mujeres vacunadas.

Los síntomas pueden ser verrugas localizadas en diferentes partes del cuerpo debido a ciertas infecciones de VPH de bajo riesgo, pero la mayoría de casos son asintomáticas. Existen dos categorías de VPH de transmisión sexual. El VPH de bajo riesgo puede causar verrugas en o alrededor de los genitalesEste enlace se abrirá en una ventana nueva, el ano, la boca o la garganta. El VPH de alto riesgo puede causar varios tipos de cáncer: de cuello uterino, de ano, de boca y garganta, de vulva, de vagina o de pene.

La mayoría de las infecciones por VPH desaparecen por sí solas y no causan cáncer. Pero a veces las infecciones duran más. Cuando una infección por VPH de alto riesgo dura muchos años, puede provocar cambios en las células. Si estos cambios no se tratan, pueden empeorar con el tiempo y convertirse en cáncer. Existen diversos tratamientos como la medicación o el abordaje quirúrgico.

El Dr. Jordi Rabasa, ginecólogo del Hospital Universitari Sagrat Cor, nos explica que cáncer de cuello uterino ocurre fundamentalmente por la infección del virus del papiloma humano (VPH) que se transmite por vía sexual. Los tipos de VPH 16 y 18 son los responsables del 70–75% de los cánceres de cérvix. Un 83% de los casos de cáncer de cuello uterino se dan en países en vías de desarrollo.

Algunos factores de riesgo asociados a la infección por VPH, son el inicio precoz de las relaciones sexuales, elevado número de parejas sexuales y contacto con varón de riesgo. El consumo de cigarrillos actúa como cofactor en el desarrollo del cáncer. El uso continuado del preservativo reduce el riesgo de infección por VPH.

En la prevención de cáncer de cuello uterino, se recomienda acudir al ginecólogo para realizar pruebas de detección regulares (citologías) para la detección de cualquier lesión precancerígena y así poder tratarla.