El verano es la época de aparición de los mosquitos. La presencia de estos insectos en España se aglutina tanto en las zonas húmedas como en las más cálidas afectando a la gran mayoría de la población. Recibir al menos una picadura de mosquito en verano es prácticamente inevitable. Estas picaduras no son graves, pero suelen ser muy molestas, especialmente para los más pequeños.

Las picaduras son las ronchas que aparecen después de que el mosquito perfore la piel para alimentarse de la sangre. Estas ronchas producen picazón e incomodidad. En general, a los pocos días, estas reacciones cutáneas desaparecen solas, pero en algunos casos pueden producir hinchazón, dolor e irritación.

El aroma, el dióxido de carbono y las sustancias químicas que contiene el sudor de una persona son los elementos que atraen a los mosquitos. Aunque no se trate de una patología grave, hay que tener mayor precaución con los niños ya que son más propensos y sensibles que los adultos a una reacción de mayor gravedad.

Para prevenir las picaduras de mosquito es importante hacer uso de repelentes o pulseras con insecticida, instalar mosquiteras en las ventanas y puertas de casa, y si el clima lo permite usar ropa de protección como por ejemplo mangas largas, calcetines y calzado cerrado, pantalones largos, colores claros, gorros, etc.

Aunque se tomen medidas de prevención, las picaduras de mosquito son bastante frecuentes. Para su tratamiento, existe una infinidad de recomendaciones y remedios tanto médicos como caseros. Desde el servicio de Dermatología del Hospital Universitari General de Catalunya se recomienda:

  • Lavar la zona con agua y jabón para evitar posibles infecciones
  • Aplicar frío local con hielo envuelto en un trapo o toalla, evitando el contacto directo con la piel
  • Aplicar una crema con corticoide o con corticoide asociado a antibiótico
  • Si el picor es muy molesto, tomar un antihistamínico vía oral

Si tras aplicar estas recomendaciones no se observa una mejoría o si se da una hinchazón mayor es importante acudir a un centro de salud para valorar si es necesario el uso de corticoides orales. En el caso de las personas alérgicas a las picaduras es recomendable llevar jeringas precargadas de adrenalina e instruir al entorno más cercano para que sepan administrarlas en caso de necesidad.