¿Qué es el herpes zóster?

El herpes zóster es una infección localizada, producida por el virus de la varicela Zóster (VVZ), el mismo que provoca la varicela. El herpes ocurre sólo en personas que ya hayan padecido varicela y corresponde a una reactivación del virus latente de dicha enfermedad. Se desconoce por qué el virus se reactiva en ciertos individuos y en otros no. Alrededor del 20% de las personas que han padecido varicela, presentarán un herpes zóster.

El primer síntoma de la reactivación del virus suele ser hormigueo en la piel, picazón o dolor punzante. Después de varios días, aparecen unas lesiones que empiezan como una banda o parche que se extiende siguiendo el recorrido del nervio con vesículas en superficie. A continuación, las lesiones con líquido que empiezan a secarse y quedan cubiertas por costras en unos días. Los síntomas pueden variar desde un leve picor hasta dolor extremo e intenso.

Es una infección cutánea producida por un microorganismo denominado virus varicela-zoster (VVZ). El virus recibe este nombre, porque es el agente responsable tanto de la varicela como del herpes zoster. Generalmente el primer contacto con el VVZ lo tenemos en la infancia y se manifiesta clínicamente como una varicela. Pasada esta infección, el virus migra por las terminaciones nerviosas desde la piel hacia el ganglio y allí queda latente, reapareciendo en la piel en determinadas situaciones dando lugar al denominado herpes zoster.

Es una infección cutánea producida por un microorganismo denominado virus varicela-zoster (VVZ). El virus recibe este nombre, porque es el agente responsable tanto de la varicela como del herpes zoster. Generalmente el primer contacto con el VVZ lo tenemos en la infancia y se manifiesta clínicamente como una varicela. Pasada esta infección, el virus migra por las terminaciones nerviosas desde la piel hacia el ganglio y allí queda latente, reapareciendo en la piel en determinadas situaciones dando lugar al denominado herpes zoster.


¿Qué es una micosis cutánea?

Se denomina micosis cutánea a la infección de la piel por hongos. Los hongos viven en la capa superficial de la piel (constituida por células muertas) de las zonas húmedas del cuerpo, como por ejemplo entre los dedos de los pies, la ingle y debajo del pecho. Cuando se produce una infección por los mismos, se pueden observar en la mayoría de los casos rojez con descamación y prurito leve.

Otros tipos de infecciones por hongos penetran en mayor profundidad y pueden ser causa de picor, inflamación, ampollas y descamación. Algunas de las infecciones micóticas más frecuentes de la piel son:

La candidiasis, llamada a veces moniliasis o infección por levaduras, es una infección provocada por una levadura en la piel o las membranas mucosas. Si bien la Candida es normalmente un habitante inofensivo del sistema digestivo y la zona vaginal, puede causar infección cuando la piel está dañada, en condiciones de calor y humedad o cuando el sistema inmunológico está deprimido. También los antibióticos pueden facilitar la infección, porque destruyen las bacterias que se encuentran normalmente en los tejidos y, como consecuencia, permitien una proliferación excesiva de Candida.
Pie de atleta (tinea pedis o tiña de los pies): Infección común que afecta mayormente a los varones adolescentes y adultos. Los casos de niños prepúberes son menos frecuentes. Las causas favorecedoras incluyen sudoración, secado deficiente de los pies después de nadar o bañarse, medias y zapatos ajustados y un clima caluroso. Los síntomas del pie de atleta pueden incluir:

  • Blanqueamiento de la piel entre los dedos de los pies.
  • Descamación de los pies.
  • Erupción con picor en los pies.
  • Ampollas en los pies.
  • Pitiriasis versicolor: es una infección cutánea micótica frecuente caracterizada por la presencia de placas más claras u oscuras que el resto de la piel. Las placas suelen aparecer en el pecho o en la espalda e impiden que toda la piel se broncee por igual. Si bien es más frecuente en la adolescencia y a principios de la edad adulta, puede presentarse en cualquier época de la vida. El único síntoma de la P. versicolor suele ser la aparición de placas de color blanco o marrón claro. Las placas pueden presentar una descamación leve, pero rara vez pican o duelen.

El diagnóstico generalmente se basa en la historia médica, examen físico y pruebas complementarias microbiológicas.


Tratamiento de la micosis
El tratamiento específico será determinado por su médico basándose en lo siguiente:

  • Su edad, su estado general de salud y su historia médica.
  • Grado de afectación.
  • La localización.
  • Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
  • Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.

¿Qué es el molusco contagioso?

El molusco contagioso es una enfermedad vírica de la piel que provoca la aparición de pequeñas protuberancias de color rosado o piel. No presenta riesgo alguno y no suele tener otros síntomas. El virus se aloja dentro de la protuberancia y no es muy contagioso. Después de un tiempo, las protuberancias suelen desaparecer.

¿Qué provoca el molusco contagioso?
El molusco contagioso es provocado por un poxvirus. Si bien es más frecuente entre niños y adolescentes, también puede afectar a los adultos.

¿Cuáles son los síntomas del molusco contagioso?
Las protuberancias son pequeñas y suelen ser de color rosado. Cuando transcurre el tiempo, tienden a tener una depresión en el centro. En los niños las lesiones varían de dos a 20 o más. Las lesiones generalmente se presentan en grupos o racimos. No son dañinas, pero pueden provocar preocupaciones de tipo estético si aparecen en la cara u otras partes visibles del niño.

¿Cómo se diagnostica el molusco contagioso?
El diagnóstico del molusco contagioso se suele establecer con el examen físico y la historia médica completa del niño. Las lesiones tienen características que les son propias, por lo que el examen físico suele ser suficiente para dar el diagnóstico. No es habitual indicar otros exámenes.

Tratamiento del molusco contagioso
El tratamiento específico del molusco contagioso será determinado por el médico de su niño basándose en lo siguiente:

  • La edad de su hijo, su estado general de salud y su historia médica.
  • Lo avanzada que esté la enfermedad.
  • La tolerancia de su hijo a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
  • Las expectativas para la trayectoria de la enfermedad.
  • Su opinión o preferencia.

En la mayoría de los casos, las lesiones se curan sin tratamiento en un período de seis a nueve meses. Otras opciones de tratamiento pueden incluir la extracción de las lesiones o la aplicación de medicamentos tópicos (para acelerar la cura de las lesiones).

Piojos

El piojo es un insecto hematófago que parasita exclusivamente al ser humano, y que se transmite por contacto directo, siendo altamente contagioso. Los tres tipos de piojos, que se localizan en las distintas áreas corporales, son: el Pediculus humanus capitis o piojo de la cabeza, el Pediculus humanus corporis o piojo del cuerpo y Phithirus pubis o piojo del pubis o ladilla. El piojo de la cabeza es el más común.

Piojo de cabeza. El ciclo interminable
Afecta principalmente a los colectivos infantiles, independientemente del nivel sociocultural. El piojo adulto es un insecto de 2-3 mm de largo y de color marronáceo. Vive 30 días en el huésped, y fuera de él sobrevive un máximo de tres días. La hembra adulta puede poner hasta 300 huevos o liendres, (a razón de 10 por día). Estos huevos son pequeñas motas blanquecinas que miden menos de 1 mm y están unidos firmemente a la base del cabello a través de una sustancia tipo "cemento". Los huevos se abren en siete o diez días, dejando salir a unas larvas inmaduras. Una vez sale le larva, el envoltorio de la liendre se queda pegado al pelo y al cabo de otros siete o doce días, ésta se transforma en piojo adulto que vuelve a repetir el mismo ciclo.

  • Zona preferente: El piojo se aloja sobre el cuero cabelludo y sus zonas preferidas son, sobre todo la nuca y la parte posterior de las orejas, donde la temperatura corporal es más elevada. Hay que desterrar la idea de que el piojo salta o vuela.
  • Síntomas: El más común es el picor constante, aunque éste sólo se manifiesta en el 14-30% de los casos. El picor es debido a una reacción alérgica a la saliva del piojo y puede tardar una o dos semanas en aparecer y el rascado intenso puede llevar a excoriaciones e infecciones secundarias. En una infestación típica, suelen encontrarse unos diez piojos adultos, junto con multitud de liendres y larvas. Esta infestación también cursa la sensación de cosquilleo o de algo que se mueve sobre el cabello y puede producir irritabilidad.
  • Diagnóstico certero: Éste debe realizarse mediante la observación directa. Las claves son: buena luz y paciencia. Lo mejor es realizar un exhaustivo cepillado sobre el cabello húmedo con un peine de púas finas, fijándose especialmente en la zona de la nuca y alrededor de las orejas para localizar los piojos vivos y las liendres adheridas al pelo. Las liendres se diferencian de la caspa y el polvo en que éstas son más difíciles de separar del pelo. Las liendres más separadas de la base del pelo son indicativo de una infestación antigua.

Para evitar el contagio…
El piojo se transmite por contacto directo entre cabezas y aún hay cierta controversia en torno a su posible transmisión a través de peines, sombreros, ropas, etc. Pero por lo general, estas son las normas básicas para darle esquinazo:

  • Cabeza con cabeza. El momento de mayor riesgo de contagio es cuando los niños juntan las cabezas para jugar, hacer un puzzle o cambiar cromos. Hay que explicar a los niños la importancia de no juntar las cabezas. Su propia toilette. A la hora del baño, cada niño de la familia debe tener su toalla y su propio peine o cepillo. También es aconsejable que en clase, guarde sus jerséis, cazadoras y gorros en su propia mochila, en lugar de colgarlos de los ganchos que tienen los armarios de los colegios, que suelen estar muy juntos.
  • Cabello recogido. Obviamente, el pelo rapado es la mejor defensa contra los piojos, pero sin llegar a este extremo, hay que tener en cuenta que cuanto más corto se lleve el pelo menores posibilidades hay de contagios. Por eso las infestaciones son más comunes en las niñas, y conviene recoger el pelo largo para evitar que la melena suelta llegue a rozar con el pelo de los otros niños. Cuando los niños jueguen en grupo, pañuelos y gorros pueden servir como defensa pero es importante inspeccionarlos después de su uso y evitar que los intercambien entre ellos.
  • Wet Combing. El término no está extendido en España, pero en Estados Unidos se ha puesto de moda esta técnica con la que los niños aprenden, a partir de los siete años, a peinarse con una lendrera después de la ducha y con el pelo mojado.
  • En constante observación. Observa con detenimiento al niño y su entorno. Si el niño empieza a rascarse con frecuencia, se le ve con el pelo muy revuelto o dice que le pica la cabeza, hay que examinarle de inmediato. Cepíllale el pelo tres veces al día (esto crea inquietud y puede lesionar a los parásitos), un piojo herido no pone huevos ni sobrevive mucho tiempo. Examínale el pelo y el cuero cabelludo al peinarle, al hacerle la raya, al secarle el pelo etc. Examina los cuellos de las camisas y las fundas de las almohadas. Los cepillos y los peines también se deben inspeccionar y lavar a menudo.
  • Perfumado a diario. Después de lavarle la cabeza al niño conviene aplicar un suavizante o acondicionador. Al peinarle diariamente hay humedecerle generosamente la cabeza con colonia para niños o aplicar gomina.
  • Productos preventivos. Hay colonias y aerosoles farmacéuticos que previenen los piojos y que se aplican directamente sobre el pelo, pero su uso diario está desatando cierta polémica por las toxinas que contienen estos productos. También hay madres que por norma, aplican semanalmente un champú para eliminar piojos. Pero deben saber que están sometiendo a sus hijos a productos que a la larga pueden tener efectos secundarios. El uso continuado de estos productos está desaconsejado por los propios fabricantes y puede ocasionar eczemas y a la larga, resistencia a los piojos. Es preferible empapar el pelo con una mezcla de una parte de vinagre de manzana y dos de agua. En los herbolarios venden esencias que también son útiles para prevenir la infestación de piojos. Las más efectivas son la esencia de árbol de té, el aceite de neem y la esencia pura de lavanda y la de geranio.
  • Que no cunda el pánico. Si llega una carta del colegio avisando de una plaga no hay que caer presa del pánico ni tratar indiscriminadamente a los niños con un pediculicida. Simplemente hay que revisar más a menudo sus cabezas y estar pendientes de los signos que podrían indicar la presencia de piojos.

Tratamiento eficaz
La detección precoz es el mejor tratamiento y para ello es importante revisar el pelo de manera rutinaria. En caso de detectarlos, hay que avisar a los posibles contactos (familia, colegio, amigos…) y aplicar un tratamiento seguro y eficaz. Hay que seguir unas pautas de higiene para que el tratamiento sea eficaz:

No existe consenso universal sobre la necesidad de desinfectar las ropas y objetos personales del paciente y otros objetos de la casa, aunque sí parece adecuada la desinfección de cepillos y peines sumergiéndolos en alcohol o en agua caliente durante una hora.
Otras medidas como el lavado de la ropa (incluidas toallas y sábanas) en agua caliente, almacenar objetos no lavables en bolsas de plástico cerradas durante dos semanas o recurrir a la aspiradora para "sanear" moquetas, coche, etc. son más controvertidas.
Existen distintos tipos de tratamiento para combatir la pediculosis. Algunos más eficaces y recomendables que otros:

Pediculicidas. En España, los pediculicidas tópicos comercializados son la permetrina y otras piretrinas sintéticas, el malatión o el lindano. Todos estos productos actúan frente al piojo adulto, y tienen una actividad menor frente a las liendres. Ninguno de ellos es 100% ovicida, por lo que con cualquiera de ellos se recomienda realizar una segunda aplicación al cabo de 7 o10 días para eliminar cualquier parásito que hubiese podido salir de alguna liendre remanente. La permetrina es la sustancia que cuenta con más estudios de eficacia y la más recomendada y también existen en el mercado asociaciones de piretrinas con butóxido de piperonilo, un agente sintético con escasa actividad insecticida que potencia el efecto neurotóxico de las piretrinas al inhibir las enzimas responsables de su metabolismo y degradación. El malatión es un inhibidor irreversible de la colinesterasa. En comparación a las piretrinas, presenta algunos inconvenientes, como olor desagradable, precisar de un tiempo de aplicación prolongado (entre 8 y 12 horas) y su carácter altamente inflamable.

Además, presenta una frecuencia relativamente elevada de reacciones cutáneas y oculares. El lindano es un derivado clorado del benceno. Se ha utilizado como pediculicida durante muchos años pero su utilidad actual es muy cuestionada ya que se puede absorber a través de la piel intacta y tiene toxicidad sobre el sistema nervioso central. En algunos países se ha prohibido su venta.

Eliminación mecánica. La eliminación mecánica de las liendres es un complemento esencial al tratamiento con pediculicida tópico y también es una opción posible, pero menos eficaz, en el caso de contraindicación al tratamiento farmacológico (en casos de niños muy pequeños o mujeres embarazadas). Para que la eliminación mecánica funcione como tal sin pediculicidas, requiere motivación, tiempo y adiestramiento. Tras realizar el tratamiento con el pediculicida, se deben eliminar los piojos y liendres usando una lendrera, un peine especial de dientes largos y separación estrecha entre dientes, preferiblemente de metal y con las puntas redondeadas. La lendrera debe pasarse sobre el cabello húmedo, sobre el que el piojo tiene menos movilidad. Se requieren entre 15 y 30 minutos (incluso más si el cabello es largo o muy espeso) para realizar la técnica adecuadamente y es conveniente repetir el cepillado con lendrera cada 3 o 4 días durante al menos dos semanas. Se han comercializado unos peines eléctricos que matan los piojos cuando hacen contacto con ellos. Deben usarse con el pelo seco, y en estas condiciones, los piojos se mueven muy rápidamente y es más difícil acabar con ellos. Además, hay que tener en cuenta que los peines eléctricos no matan a las liendres.

Por vía oral. Aunque existen algunos estudios de éxito, el uso para la pediculosis de algunos fármacos que se publicitan como tal no está aprobado por lo que se están promocionando indebidamente.
Remedios caseros. Son eficaces, pero es recomendable utilizarlos como complemento a los tratamientos farmacéuticos. El más popular es el uso del vinagre. No es 100% efectivo, pero soltará las liendres y resultará más fácil peinarlas después para que abandonen el cabello. Se debe aplicar caliente y cuando el pelo esté seco y nunca el mismo día en que se utilice el tratamiento farmacéutico. Una vez aplicado el vinagre, debe cubrirse el pelo con un gorro de baño o una toalla, de manera que quede cubierto por completo, dejándolo actuar durante aproximadamente dos horas. Se deberá repetir este proceso dos veces a la semana durante un mes. El champú con aceite de árbol de té que se puede comprar en herbolarios es eficaz a la hora de asfixiar a los piojos.

Cuando los piojos no se van…
En lenguaje médico se denomina "resistencia" y en la mayoría de las ocasiones la causa es una mala utilización de los tratamientos y un incorrecto seguimiento del problema.

En caso de haber seguido correctamente todas las indicaciones, y si después de la aplicación del tratamiento se vuelven a observar piojos adultos a las 24 horas, debería cambiarse el tratamiento habitual por otro alternativo. Nunca se deben utilizar pediculicidas como tratamiento preventivo, así sólo se consigue desarrollar una resistencia a estos productos.


¿Qué son las verrugas?

Las verrugas son epiteliomas infecciosos benignos que afectan a las capas superiores de la piel y las mucosas. El agente causal del virus de la verruga es un virus DNA cariotípico llamado papilomavirus humano (PVH). Hasta la fecha se han aislado más de 70 tipos diferentes de PVH sin completarse del todo la clasificación de éstos.

¿Quién puede tener verrugas?
Las verrugas constituyen una enfermedad de difusión universal que afecta preferentemente a niños y gente joven. Parece ser que es necesaria una cierta predisposición genética para sufrir la infección. El 10% de la población infantil padece verrugas. Cuando la piel está dañada existe más facilidad para el contagio. Esto explica que las personas que se comen las uñas tengan más verrugas.

¿Cómo se adquieren las verrugas?
Tras el contacto con personas que tengan verrugas, aunque el PVH tiene poca infectividad. No se conoce el periodo de incubación con exactitud y los datos recogidos apuntan a un periodo que va desde cuatro semanas a ocho meses. La autoinoculación directa determina la aparición y la posterior diseminación de nuevas verrugas. Esta necesita de un número alto de partículas virales, además de una rotura de la capa cornea, la más externa de la piel, para multiplicarse en la epidermis. El papilomavirus se puede transmitir de persona a persona. Dado que tanto el PVH como el papilomavirus bovino (PVB) pueden infectar indistintamente al hombre y a los animales, especialmente al ganado vacuno, los casos de epidemia sobre el personal laboral de los mataderos son considerados enfermedad profesional.

¿Dónde aparecen las verrugas?
Las verrugas pueden afectar la piel y las mucosas. Por lo general se resuelven sin dejar cicatriz. Debido al rascado, pueden adoptar una disposición lineal, aunque a veces se pueden diseminar adoptando una disposición exantemática. Las características morfológicas de las verrugas vienen determinadas por la localización, la edad y el sexo del paciente.

¿Qué son las verrugas vulgares?
Las verrugas vulgares son las más frecuentes y son producidas por los serotipos 2 y 4. Pueden ser únicas o múltiples. Las zonas mal irrigadas a nivel de los dedos son particularmente favorables, dado que la infección se ve favorecida por la falta de resistencia y la mala irrigación de la zona. También parece ser que las verrugas afectan más fácilmente a niños atópicos con piel excesivamente seca.

Inicialmente, la verruga es del tamaño de una cabeza de alfiler y resulta difícil diferenciarla de una verruga plana juvenil. Se observa un nódulo protuberante y duro del mismo color de la piel. La verruga va aumentando de tamaño gradualmente debido a un exceso de queratinización, y su superficie se hace rugosa con un punteado negruzco. La localización de la verruga es un factor decisivo para determinar su morfología. En los pacientes inmunodeprimidos puede observarse una diseminación extensa de verrugas relacionada con el descenso de la inmunidad celular igual que en algunos niños con eczema atópico tratados con glucocorticoides tópicos.

¿Cómo evolucionan las verrugas?
Las verrugas vulgares pueden resolverse espontáneamente, sin dejar cicatriz, tras un periodo de tiempo muy variable, que oscila entre semanas, meses o incluso años. Una transformación inflamatoria de la verruga indica la reacción defensiva del organismo en su intento por deshacerse del virus. A veces ocurren resoluciones espontáneas. Diversos estudios a largo plazo han demostrado que al menos el 60% de las lesiones se resuelven en 2 años dejados a su libre evolución. No obstante, en los pacientes adultos, existe aumento del riesgo de cáncer en las zonas donde existan verrugas genitales por lo que estas deben ser tratadas siempre.

¿Cómo tratar las verrugas?
Las verrugas se consideran una enfermedad infecciosa autolimitada de origen vírico, por lo que su tratamiento no debe ser nunca demasiado agresivo evitando tratamientos que dejen cicatriz. El tratamiento de las verrugas dependerá del tipo de las mismas, de su número, tamaño y localización, de la experiencia del médico y del deseo del paciente. Se recomienda siempre un tratamiento conservador dada la tendencia a la resolución espontánea de las verrugas.

Si las verrugas no desaparecen solas pueden tratarse con líquidos irritantes para estimular las defensas del organismo contra el virus y queratolíticos para disminuir el tamaño de estas. En caso de que estos no sean eficaces pueden emplearse método como la crioterapia, el bisturí eléctrico o el láser.