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A lo largo del verano, el Hospital de Día de Salud Mental del Hospital Universitari Sagrat Cor ha realizado distintas actividades, coincidiendo con el buen tiempo, reforzando el tratamiento de sus pacientes en el exterior en diversas ocasiones, y en colaboración con la familia, en otras.

En junio tuvo lugar una actividad con los papás de los pacientes y los propios pacientes, en el que juntos prepararon un "kit de supervivencia para el verano". Pacientes y papás expresaron sus sentimientos, así como sus miedos a través de una manualidad. Pintar y personalizar una bolsa de tela en la que todos realizaron representaciones gráficas para expresar cómo se sentían en su tratamiento, y por otro lado pintar cuál sería su kit de supervivencia para poder mejorar durante la época estival, por si fuera necesario.

Posteriormente una puesta en común con todas las familias y con todos los pacientes. Fue una actividad realmente emocionante en la que las familias pudieron sentirse acogidas y apoyadas, y los pacientes escuchados, en lo que supone un proceso tan largo y tedioso como es un proceso terapéutico psicológico.

La playa fue el escenario de una salida con pacientes en el mes de julio, acompañados de los perros, en lo que fue una sesión de la terapia asistida con estos animales de compañía.

Organizada por el personal de HD, de cocina del centro, y de la Fundación Affinity, esta actividad se desarrolló con el objetivo terapéutico de poder realizar una exposición del cuerpo con pacientes con Trastorno de Conducta Alimentaria. Los perros fueron canalizadores y elementos de apoyo para afrontar esta situación tan complicada para los pacientes con TCA.

Comer en la playa, jugar a juegos de mesa y cartas en la arena, o bañarse en el mar, fueron las actividades que se realizaron durante la jornada, que para pacientes con TCA pueden ser extremadamente complicadas. "Yo llevaba años sin bañarme ni ir a la playa" comentaba una paciente. "Esto le ayudó a seguir exponiéndose el resto del verano" explica Rocío Rosés, directora del Instituto de Salud Mental del Hospital Universitari Sagrat Cor y Centre Mèdic l’Eixample Sagrat Cor.

En los meses de calor también se han realizado otras actividades como las clásicas y divertidas "guerras de agua", que tuvieron lugar en el patio interior del hospital, por parte de los pacientes y del personal.

La finalidad de la actividad es poder disfrutar del verano, a pesar de estar en un tratamiento intensivo en el HD de Salud Mental. "Fue una actividad distendida y divertida donde, además, muchos pacientes se expusieron a aquello que también les cuesta como es mojarse" explica Rosés.

La exposición a alimentos como hamburguesas y nuggets con patatas chips, es también otra de las actividades que se han realizado. Los pacientes, junto con el equipo clínico, comieron juntos en un ambiente estival y con la colaboración de cocina. "Este tipo de alimentos son los que muchos pacientes con TCA consideran prohibidos y son eliminados por completo de sus dietas. El hecho de realizar ese día algo diferente con los pacientes como es que el personal sanitario también coma ellos, tiene la finalidad de crear un ambiente distendido donde puedan facilitar el hecho de sentarse a la mesa y enfrentarse a ellos para normalizarlo" comenta la especialista. "Los dos días que se ha llevado a cabo esta acción ha sido un éxito y el 100% de los pacientes fue capaz de comerse este tipo de alimentos", afirma Rosés.

Agosto fue el mes que tuvo lugar la Acampada. Los días 28 y 29 los pacientes se vistieron de gala, y se expusieron a comidas que les resultaban muy complicadas (pica-pica, pizza y helado) y después se quedaron a dormir en las instalaciones de HD.

"En la cena de gala los pacientes vienen vestidos de manera elegante para también exponerse a ropa que en muchas ocasiones les resulta muy difícil de vestir", explica Rosés. Posteriormente a la cena tuvo lugar una "fiesta del pijama", y se realizaron actividades divertidas como bailar, jugar a juegos, hablar entre todos. "Esta es una actividad muy especial, ya que en muchas ocasiones los pacientes no acuden a este tipo de acontecimientos ni pueden disfrutarlos, por no exponerse a la comida, a la ropa, al diálogo, a la socialización…".

Gracias a actividades como estas los pacientes se van enfrentando a sus miedos. "Verlos que se sienten como cualquier adolescente más da sentido a todo el trabajo. Son terapias largas pero que dan sus frutos" concluye Rosés.